14 de agosto de 2006

Una Breve Introducción a la Historia del Bunraku (Parte 2)

Traducción del texto: "A Brief Introduction to the History of Bunraku" escrita por: Matthew Johnson. Extraído de The Puppetry Home Page de Sagecraft Productions.

La muerte de Chikamatsu y Ki rompieron el final de una era pero fue también el inicio de la edad de oro del Bunraku. La situación fue tal que esto condujo a un escritor a comentar que fue como que no existiera Kubaki. Sin embargo esta observación debió ser tomada como un grano de sal (Osaka en esos tiempos tuvo tres prósperos teatros Kabuki pero sólo dos teatros Bunraku), esto mostró que los intereses públicos fueron capturados más por el Bunraku, así indicaba que fue el teatro de títeres en el cual la mayoría de creatividad y frescura fue concentrada.

Mientras la competencia entre los dos teatros ayudo a generar este estado, la interacción entre Bunraku y Kabuki no pudo ser ignorada. Inspirado por el éxito en el Bunraku, Kabuki de forma creciente adaptaba obras escritas para títeres. Junto con las obras, los estilos de actuación usados en estas obras parodiaban los movimientos de los títeres, agregándolos al ya estilizado repertorio. El Baunraku también vio al Kabuki como innovación. Mientras nuevas obras fueron en su mayor parte adaptaciones de los antiguos trabajos de Chikamatsu y Ki, la influencia de Kabuki en la medida de obras es clara. Y mientras los actores Kabuki imitaban los movimientos de los títeres, los titiriteros se esforzaban por el realismo. Esto condujo a un número de innovaciones incluyendo el movimiento de los ojos, cejas, etc. pero el más grande paso en esta dirección fue el uso de tres titiriteros para controlar un títere: uno para la cabeza y el brazo derecho (mano), uno para el brazo izquierdo y uno para los pies. La primera vez que este método fue utilizado fue en la obra Kuzu no ha, representado por primera vez en 1734.

Este periodo de oro alcanzo esta altura en los años 1740. Desde ahí hubo una tendencia desde la muerte de Chikamatsu y Ki no Kaion para tener obras escritas por un grupo de dramaturgos. En los comienzos de este periodo, los años 1730, estos grupos fueron conducidos por Namiki Sosuke de la Toyotake-za y Bun Kodo de la Takemoto-za. En 1745, sin embargo, Namiki Sosuke se cambió a la Takemoto-za y junto con Takeda Izumo y Miyoshi Shoroku, produjeron lo que ahora es considerado a ser los tres grandes clásicos en el Bunraku y el Kabuki: Sugawara Denju Tenarai Kagami, Yoshitsune Sembonzakura y Kanadehon Chushingura, junto con un número de obras aún actuadas regularmente hasta hoy.

En la mitad del siglo XVIII, el Bunraku comenzó a proliferar en Edo. Sin embargo ahí hubieron teatros antes, estos en su mayoría mostraban obras que fueron escritas en Osaka. El surgimiento de los dramaturgos Hiraga Gennai, una clase de hombre renacentista del periodo Edo y Yo Yodai, un antiguo doctor de la corte del shogun, condujeron a un periodo en el cual un número de clásicos nacieron. Desafortunadamente, el periodo fue corto así como los dramaturgos perdieron el interés y se cambiaron a otros pasatiempos.

El Bunraku inicia a decaer para los años 1750 debido a la muerte de Namiki, Takeda y narradores populares. Su último boquete de gloria fue en los años 1770 con el surgimiento del dramaturgo Chikamatsu Hanji. Trabajó en la mayoría de trabajos que vinieron antes de él, Hanoi escribió obras con relaciones sociales extremadamente complicadas y tuvo un don para los finales como caídos del cielo. Aún, la calidad y la fuerza de estos trabajos se evidencian en el hecho de que la mayoría de obras son presentadas aún hasta hoy.

Después de la muerte de Hanoi, el Bunraku cayó en una irrecuperable decadencia. Sin embargo ahí fue el atino de las obras, estos fueron muy poco. De hecho, Ehon Taikoki, el cual se estrenó en 1799, es a menudo llamado “el último clásico Bunraku”. A pesar de numerosas estrellas de títeres y narradores, la falta de una habilidoso dramaturgo nunca pudo ser doblegado y por los comienzos del siglo XIX, el teatro tuvo un vuelco exclusivo para las obras de el pasado.

El Bunraku ahora está disfrutando de benigno renacimiento. En 1966 este logró obtener lo que no pudo tener aproximadamente en 150 años cuando la inauguración del Teatro Nacional en Tokio les dio un hogar permanente. En 1985 este hogar fue movido a sus orígenes, Osaka, con la inauguración del Teatro Nacional del Bunraku. Actualmente hay cuatro presentaciones cada año en Tokio y Osaka agrega una gira anual. La popularidad de los titiriteros Yoshida Tamao, Yoshida Minosuke y Yoshida Bunjaku ayuda a llenar los teatros y el número de jóvenes patrocinadores comenzó a ascender en los recientes años. Aún, si bien las audiencias son importantes, el envejecimiento de todos los – importantes trabajadores detrás del escenario – talladores de cabeza, creadores de vestuario, etc. – y la falta de gente para tomar sus lugares presumen un creciente problema para el futuro de estos 300 años de antigüedad en esta forma de arte.

Todo el texto es de propiedad literaria de Matthew Johnson.

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